Eran las 2:40 de la tarde cuando en un pequeño banco de una
vereda estaba esperando a Melissa, mi sobrina, de ahora seis años, para poder
acompañarla a sus clases particulares, ocurrió el mayor susto, que no
deseo a nadie, y situación en la que pensé que mi vida y la de mi familia corría
peligro.
Un conflicto de sentimientos, a la cual la desesperación se
mesclaba con la sensación más indescriptible, y resultaba no más en una decisión,
mi familia... Melissa-exclamé, en ese momento tan abrumador, quizás el peor de
mi vida. Fue el que asu vez supo enseñarme lo que significa el ser héroe,
no precisamente el bombero que con su valentía ofrece su vida para el socorro
de otras, ni siquiera el policía que en su afán por velar por la seguridad de
todo aquel que lo necesite, acude al llamado. Fue, como dije, la lección de
humildad y solidaridad más desinteresa que he podido presenciar, el sentir de
una joven vida, cuya esta última no le ha enseñado nada aún y aun así dar un
gran ejemplo, sentir la motivación que parte del amor y la necesidad de ayudar
al que no pide ayuda, para poder así cumplir su labor de héroe o heroína que de
niños siempre soñamos.-...En ese preciso momento Meli-chan como le solíamos
decir, desinteresada por el miedo y la situación apareció en la otra acera, cruzando
de la mano, con una persona extraña de apariencia señil, pensando yo, que era
alguna maestra de su "gakudo", en ese momento mi reacción fue la de
aproximarme hacia ella y justo en el momento en el que esta persona le agradecía
con un beso a Meli, me precipité a tomar a mi sobrina e irnos. Momentos después
de que el incidente ya había sucedido y mi cuerpo terminaba también de temblar,
exigí que Melissa me dijera en donde ella se había metido, su respuesta fue de
la manera más espontanea: "Tía gomenasai, iba saliendo y me asustó el jishin y
lo que hice fue ir a donde estabas, todos corrían y esa señora estaba sola
igual que yo, y no podía dejarla sola no podía caminar tanto como todos, cruzamos
la pista y en eso te vi, gomenasai tía, no lo volveré a hacer".
Mi respuesta que no fue la de reprimir su acción, sino todo
lo contrario, se enmudeció con el sentir conmovido de su acción, la cual no percibí
en esa situación de miedo...
Hamura-shi, Tokyo-to, Japón 11.03.11. Terremoto de 8,9.